A life without dreams.

|By: Marcel Chávez|

A life without dreams is like a rainless gray day,

Like an afternoon break after doing nothing,

Like eating without hunger,

Like a cheered up Igor,

Like a dreamless sleep,

Like a clueless mind

or worst, a loveless heart.

Pointless.

If you don’t have one in your sleeve, better get one, not any dream but the one better suits you, one that make you get out of bed every morning  with a smile thinking »one day less» which keeps you moving forward and anxious to pursuit it.

As H. Jackson Browm Jr once said, » So throw off the bowlines. Sail away from the safe harbor. Catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover.”

And as I learned myself, better be proud of your failures for trying it than regret the time you didn’t took one step ahead and do it.

Parte del 1%

|By Marcel Chávez|

girl-boss

Como había mencionado en un post anterior, en la vida llegas a un punto donde te preguntas hacia donde se dirige tu vida. Tienes ganas de hacer algo extraordinario pero simplemente no sabes qué y luchas por encontrar tu norte. Este es el inicio de mi misión a la orientación de mi vida y #GIRLBOSS es perfecto para todas las que pensamos lo mismo.

Con un texto claro y simple Sophia Amoruso nos cuenta su experiencia de cómo a sus early twenty’s hizo un último intento por cambiar su vida y cómo lo logró, a lo grande. Su experiencia nos enseña que aunque tu madre te diga que eres especial no significa que todo llegará a ti por la divina providencia, you have to work your ass off!

El secreto del triunfo – y no me refiero a la fama o los millones, sino a la estabilidad que consigues cuando haces lo que amas y vives plenamente – está en dedicarte a hacer lo que te inspira. Cuando trabajas en algo que de verdad amas haces las cosas con tanta pasión y entrega que las posibilidades de fracaso será mínimo y aún cuando se vea así te sentirás una triunfadora porque lo intentaste y diste lo mejor de ti.

Estas posibilidades, como nos explica Sophia, son mínimas, tanto como de un 1 % pero que debes luchar para no quedarte del lado del 99 %. Literalmente haré copy and paste a este párrafo que define la esencia de 239 páginas, donde hace alusión a una de las primeras TED Talk que vi «How to stop screwing yourself over» de Mel Robbins explicando que las posibilidades de que tú seas tú son de 1 en 400 billones:

«Deberíamos tomar la mera improbabilidad de nuestra existencia según este cálculo como una patada en el c#$* para levantarnos de la cama en las mañanas. Si encuentras el hecho de que eres una en billones desalentador entonces voltea la frase. ¡Eres UNA en billones! Alguien tiene que triunfar, así que podrías ser tú.»

Quizá estás pensando que no estudiaste para ser grande, que perdiste ya mucho tiempo y que no tienes ni idea de qué hacer y sí, puede ser cierto, pero tu pasado no define tu futuro, lo que importa es lo que eres ahora y lo que estás dispuesto a hacer. Y como dijo Edgar Cayce, los sueños son las respuestas a las preguntas de mañana.

Ask Me

|William Stafford|

Some time when the river is ice ask me
mistakes I have made. Ask me whether
what I have done is my life. Others
have come in their slow way into
my thought, and some have tried to help
or to hurt: ask me what difference
their strongest love or hate has made.

I will listen to what you say.
You and I can turn and look
at the silent river and wait. We know
the current is there, hidden; and there
are comings and goings from miles away
that hold the stillness exactly before us.
What the river says, that is what I say.

Abril 20, 2014

|By: Marcel Chávez|

Esa mañana era diferente. La noche anterior había sido pura tortura y no logró dormirse hasta las cuatro de la madrugada pensando en todo lo que se había perdido en sus pocos años de estadía en la tierra. Pensaba que no había probado tanta comida exótica como ella deseaba, no había vivido tantas experiencias locas como lo hacen los adolescentes y universitarios, no había conocido al amor de su vida y no había explorado los rincones del mundo con él. No había hecho nada más que estudiar y ser la hija que sus padres esperaban que fuera, la heredera digna de la fortuna Lettier. A pesar de su riqueza Aurora era sencilla, utilizaba el transporte público porque decía que su placer se encontraba al conocer la rareza del comportamiento humano en distintos escenarios. Era una persona de tiempo y pasos calculados y para todo tenía un ritual, una rutina, pero la  rutina de Aurora cambió por completo esa mañana del 20 de abril.

Se levantó una hora antes que el sonido de la alarma para dirigirse a su trabajo. Tardó poco en asearse y vestirse y fue a la cocina a preparar su desayuno. Era un cuarto de hora más temprano de lo normal y cruzó la primera mitad de la calle que la llevaba a la estación del metro. Su ropa de oficina era normal, pero cuando se sentía en calma, como ese día en particular, caminaba con pausa y sonriente haciendo que se viera atractiva y sofisticada; su maquillaje impecable y su cabello perfectamente arreglado atrajeron la mirada de muchos. Se detuvo un momento para acomodar su cartera y se preparó para dar un paso adelante. Justo cuando bajo el pie de la acera, distraída por lo que le rodeaba solo pudo ver el reflejo del carro que venía a toda velocidad y se quedó paralizada. No vio su vida completa por delante de sus ojos. Al contrario de lo que la gente dice, se quedó totalmente en blanco. El miedo y la sorpresa tenían demasiado impacto en todo su cuerpo como para tener tiempo para recuerdos y lecciones de qué hizo bien o mal en la vida, solo bastó para abrir los ojos de par en par y esperar el choque.

Escuchó el crujir de los frenos en el pavimento y sintió el vehículo justo en sus rodillas, miró hacia el conductor con el aire contenido y pudo ver como su propio pánico se reflejaba en él. Respiró profundo y escuchó cuando el joven del vehículo pidió disculpas. Miró hacia adelante pensando que justo se había salvado de un terrible accidente y las innumerables posibles consecuencias que podía haberle causado del mismo, el miedo de quedar parapléjica era mayor al mismo miedo de morir.

Camina dos pasos adelante y espera que el bus que bloquea su paso se mueva. Dos segundos pasan para que este le ceda el paso y ella cruce cuando de la nada aparece un motociclista que la gente podría describir con las mismas cualidades de un ladrón o como un simple muchacho con los colores de la miseria hasta en sus párpados y que Aurora solo calificaría como maleducado (su palabra favorita para describir a ciertas personas), causando que tratara de esquivar el choque, atrapando su pie en la rendija del piso y cayendo en sus espaldas con la cabeza justo en el borde de la acera frente a la puerta de la estación del metro.

Ese día veinte, que me gusta pensar que fue planeado detallada y meticulosamente por algo más grande que la propia naturaleza, Aurora Lettier murió, dejando atrás sus sueños, sus planes, sus recuerdos de infancia, su sonrisa y su mirada triste y respirando su último aliento contaminado de humo y estremecimiento de la multitud que la rodeaba, dejando a cada uno de ellos cuestionándose el porqué y dejándome imaginando esa mañana de otra manera.

Imagino una mañana donde se despertó a la hora normal, donde no se arregló tanto el cabello ni le dio tiempo a maquillarse, donde cruzó la primera mitad de la calle y miró con desdén al conductor que no le cedió el paso. La imagino mirando de reojo al mismo motociclista que sería responsable de su muerte minutos antes de acelerar y traspasando la entrada a la estación del metro para bajar la escalera eléctrica para tomar el tren. Pero no soy quién para querer cambiar la historia y preguntarme «que tal si… » solo soy una espectadora que lo único que puede hacer es admirar la belleza de este triste caso.

 

(#1) El calcetín rojo.

|By: Marcel Chávez|

Gone.

Se pasó una hora buscando el calcetín rojo. El harapo arañado y descolorido al que llamaba calcetín. No recordaba si lo había olvidado entre el desastre de su habitación o en cualquiera de sus viajes pobres de emoción. Se pasó una hora completa imaginando que haría una vez lo encontrara mientras pensaba en su muy elaborado plan que le tardo años llevar a cabo, pero acabó gastando una hora más buscándolo.

Buscó entre las gavetas ya vacías, entre las sábanas usadas, entre cuadernos y fotos de infancia; buscó en su guardarropa lleno de ganchos desolados, entre cojines de la sala y entre sus maletas ya repletas. Buscó y no encontró, lo que la hizo cuestionarse si de verdad lo necesitaba, si de verdad lo quería y si encontrarlo le haría cambiar de opinión o si simplemente se entregaba al fracaso de una búsqueda inútil.

Entró donde se encontraba su hermanito en busca del susodicho calcetín, pero se distrajo al verlo dormir. Se había vuelto más alto en el último año y sus pies se asomaban a la orilla de la cama y se lamentó de no poder ver las maravillas que podrían hacer la pubertad y la adultez con este brillante niño.

Abrió la puerta al dormitorio de sus padres y ahí se encontraban ellos, dormidos e inmunes a lo que le estaba a punto de pasarle a su niñita que ya no se sentía tan niña como ellos pensaban. Los observó detenidamente; su padre recostado sobre su espalda con la boca ligeramente abierta haciendo quién sabe qué sonido molestoso que hacía cuando dormía; su madre, recostada sobre su frente, abrazando la almohada como nunca la abrazó a ella, por un momento sintió envidia de este objeto inanimado que no era juzgado ni sermoneado, simplemente abrazado. Dio un paso atrás lo y miró las canas acercándose en el pelo de su madre y la barba de su padre, dijo algo inteligible con sus labios y salió de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas como señal de adiós.

Tomó sus maletas y echó un último vistazo a los lugares donde tanto anheló encontrar el calcetín para solo darse cuenta de que nunca lo tuvo y de que ya era tiempo de irse. Cerró los ojos, tomó un largo y profundo respiro y cruzó el umbral que tanto le aterraba atravesar, dejando el calcetín rojo atrás y olvidándose de él para siempre. Recordándose a sí misma que esto era crecer.

¡Cerrando el año fiscal!

|By: Marcel Chávez|List

Todos nos hemos encontrado en algún momento de nuestra vida haciendo listas: listas del super, listas de regalos, lista de tareas, listas hasta de exnovi@s, pero apuesto que la más famosa de todas es la fabulosa LISTA DE PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO, sí, en mayúscula y todo. Esta dichosa lista es el dolor de cabeza de todos los que alguna vez han intentado tener una visión diferente, la migraña y sufrimiento de aquellos soñadores que luego de un laaargo año (o corto, todo es relativo) se dan cuenta  que no lograron talvez ni el 50% por razones que ni ellos mismos desconocen.

A diferencia de muchos, o la mayoría me atrevo a decir, mis metas las trazo para mi cumpleaños y no para final de año, aunque en mi caso prácticamente aplica para ambos ya que queda bien cerquita (noviembre 27) pero antes de iniciarla decidí que había ciertas cosas que debía saber para no decepcionarme al final de la jornada por mis metas no cumplidas.

Aquí les dejo el Top 5 para la elaboración de una lista de propósitos sin amenazas de decepción:

1. Lo primero que debes saber es que no puedes proponerte cosas que son imposibles. Sé que todo soñador innato dirá «Nada es imposible», lo entiendo, pero debemos ser realistas y poner los pies sobre la tierra. No te limites, pero procura que tus metas tengan una base de la cuál soportarse.

2 . Crea tu proyecto profesional. Nunca serás tan joven como lo eres ahora, así que si no has pensado en inscribirte en alguna clase de finanzas para no financieros, completar tu carrera universitaria, poner tu propio negocio o cualquier cosa que aporte a tus futuro te recomiendo que lo hagas ASAP! Nadie sabe qué será de su vida así que sal de tu zona de confort y rétate a crecer.

3. Ahora bien, no todo es estudio, negocios y bienestar económico, también están los hobbies, la diversión. Puedes permitirte ser creativo. Plantea la posibilidad de crear tu espacio para expresarte, ya sea con la adaptación de un craft room o de conseguir un pase preferencial al museo, pero busca la forma de comunicarte por medio del arte.

4. Incluye medidas a beneficios de tu salud. La moda de estos días es lo orgánico, lo fit, pero no te estoy hablando de esto para usos superficiales, es más bien plantearte qué comes que te podría hacer daño (aunque en estos días todo hace daño) y la creación de un horario de ejercicios que mejoren tu calidad de vida. Puedes disfrutar de esos sabrosos bizcochos y musse de chocolate pero tampoco abuses de la cama y la televisión, ACTÍVATE! No te encierres a escribir el típico «inscribirme en el gym» cuando sabes que irás dos días y tomarás seis meses de descanso, cámbialo a «jugar tennis los domingos», no te estreses, al final aunque no comas ni un carbohidrato, te evites los dulces, te mates en el gym y corras todas las mañanas morirás algún día y es mejor recordarlos comiendo un delicioso postre en una cena que sufriendo porque te prohibiste ese placer de la vida.

5. Considera las cosas gratis… Sí, gratis y extremadamente gratas! Nadie pone en sus listas cosas como «Dar más abrazos» «Dar más oportunidades» «No sacar un juicio a primera vista», pues te invito a hacerlo. Enfoca al menos uno de tus propósitos en hacer sentir mejor a los demás, así no solo te beneficias a ti, sino también al que te rodea.


 Bonus + : Recuerda hacer «recogida foni 1» de aquello que vale la pena de los años anteriores. Todo tiene su tiempo y puede que este sea el de cumplir aquello de lo que te has olvidado.


Para cerrar les dejo con una frase que podría llamar mi filosofía de vida: «La diferencia entre un sueño y una meta es una fecha»

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Mi traducción de "Haz lo que tienes miedo de hacer"… |Marcel Chávez R.~|